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Invaden, otra vez, reserva ecológica de Bacalar; pretenden comercializar predios


Por Alejandro Castro


Ante la ausencia de autoridades judiciales, un grupo de personas se apoderó de nueva cuenta del terreno donde se ubica la reserva ecológica Huub Sak, en Bacalar, Quintana Roo.


Desde la semana pasada, los invasores rompieron los sellos de seguridad puestos por la Fiscalía General del Estado de Quintana Roo, dependencia que tenía asegurado el predio luego de un operativo realizado en febrero de 2019, en el cual también se liberó al terreno de un grupo armado de personas.


El terreno Huub Saak, de 69.9 hectáreas, es una reserva ecológica privada registrada ante la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) como un Área Destinada Voluntariamente a la Conservación, la cual están desmontando y comercializando.

Gustavo Rodríguez Elizarraras, dueño del terreno y responsable del Proyecto Ecológico Huub Saak, denunció que los invasores se apoderaron de nueva cuenta del sitio, aprovechando la imposibilidad de interponer denuncias debido a la emergencia de salud, aunque el intento de despojo data desde 2017.


La última invasión perpetrada en el sitio está presuntamente liderada por una mujer conocida como doña Julia, según informaron testigos a quienes les fueron ofrecidos terrenos por un costo de 60 mil pesos, en una zona de alta plusvalía por su colindancia con la Laguna de los Siete Colores de Bacalar.


Desde hace poco más de una semana, el grupo de pobladores se adentró en el predio y comenzó a desmontar selva para lotificación. A los posibles compradores se les informa que ahí se hará un nuevo poblado, por lo que deben pagar cada lote, ir a desmontar la selva y construir algo para que se vea que está ocupado. Posterior a eso, prometen tramitar los títulos de propiedad, indicó un vecino de Bacalar, quien solicitó resguardar su identidad.


Bajo este esquema, asegura el propietario, los invasores pretender hacer un fraude millonario a compradores de buena fe, pues es un área en la que es imposible construir desde 2010, cuando se emitió el certificado de Área de Conservación Voluntaria por un periodo de 99 años.



Historia del despojo


Esta última ha sido la tercera invasión reportada en esta área natural, ubicada en una de las zonas de mayor potencial turístico del Caribe mexicano.


La primera invasión al predio Huub Sak se registró la noche del 26 de julio de 2017, cuando un grupo de alrededor de 100 personas armadas con machetes, ingresó al terreno y desalojó por la fuerza al vigilante, se describe en la denuncia judicial.

La primera invasión fue liderada por un sujeto identificado como Luis Castro Burgos, presuntamente contratado por Gabriel Soto Pozos y José Ramón Martínez López, quienes se ostentaron como dueños del terreno con una escritura de 1980. Sin embargo, de acuerdo con datos de la Secretaría de Desarrollo Agrario Territorial y Urbano (Sedatu), dicha tierra fue desincorporada como bien de la nación hasta 1988.


Este grupo, según expone Rodríguez Elizarrarás, fue acompañado por la Policía Municipal de Bacalar, bajo el argumento de que habían acreditado la legítima propiedad de la tierra por medio de documentos.


Acto seguido, el propietario presentó una denuncia formal por despojo ante la Fiscalía estatal, la cual abrió la carpeta de investigación con número de expediente FGE/QR/BA/07/507/2017.

En abril de 2018, los primeros ocupantes del terreno fueron desplazados por otro grupo de invasores, esta vez encabezados por Samuel Huicab Aguilar y Juan Osvaldo Morales Correa, quienes solicitaron ante la Sedatu la adjudicación del terreno, junto con otros colindantes.


Estos ciudadanos alegaron que en la década de los 80 adquirieron los terrenos de un rancho denominado Monte Águila. Sin embargo, dicho rancho nunca existió, según dio cuenta la delegación del Registro Nacional Agrario luego de una solicitud de la Sedetu, lo cual quedó plasmado en el expediente 4013023.


De acuerdo con el afectado, académico de la UNAM en retiro, durante más de un año se procedió legalmente para comprobar la posesión legítima de la fracción 3 de lo que se conocía como el Rancho 5 Hermanos, adquirida en 1990, según la escritura pública. Sin embargo, no hubo resultados contundentes por parte de la autoridad.

No obstante, entre octubre y noviembre de 2018 se observó que disminuyó la presencia de ocupantes en el sitio, por lo que se dio aviso a la Fiscalía General del Estado para luego ingresar y realizar un peritaje de los daños, informe que ya forma parte de la carpeta de investigación.


El 5 de diciembre de 2018, ante la ausencia de personas, fueron colocadas mantas donde se señaló que se trataba de un Área de Conservación Voluntaria, las cuales fueron arrancadas y sustituidas por otras con mensajes intimidatorios una semana después.


“Las amenazas lanzadas tuvieron un primer ejemplo el 10 de enero de 2019, cuando un grupo de alrededor de 15 individuos con armas de fuego expulsó con lujo de violencia y accionando sus armas a mis 4 trabajadores que vigilaban el predio, robándose todas sus pertenencias y los materiales y herramientas”, explicó Gustavo Rodríguez.


Pero no fue sino hasta el 1 de febrero de 2019 cuando se concretó una nueva invasión. Un grupo de 40 individuos armados tomaron por la fuerza el predio, situación que derivó en una nueva denuncia ante la Fiscalía con sede en Bacalar, con número de expediente 039/2019.


Tres semanas después, luego de que se difundiera el caso, elementos de la Guardia Nacional y la Fiscalía General del Estado de Quintana Roo desocuparon el predio, el cual quedó en posesión de esta última dependencia. En el operativo se detuvo a cinco personas y fueron decomisados dos rifles y cartuchos calibre .12 y .22 mm, armas punzocortantes y equipo de labranza.


El Área de conservación


Las Áreas Destinadas Voluntariamente a la Conservación pasan por un proceso de validación por parte de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, a través del cual se acredita la legal posesión de la tierra y se evalúa una estrategia de manejo que incluya la zonificación del área: zonas núcleo y de amortiguamiento, pudiendo establecerse todas las respectivas subzonas previstas en la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente.


El proyecto ecológico Huub Saak, a cargo de la asociación civil Selva y Laguna Bacalar A.C, fue pensado para establecer un vivero forestal de especies endémicas de la región, un apiario, un centro de aprendizaje, además de la protección de especies existentes de flora y fauna, entre otros.


El área está conformada por selva mediana/alta subperenifolia, las especies arbóreas predominantes son chechén, kanisté, chacá, chicozapote, sacchacá, xuul, ramón. Las áreas colindantes con la laguna de Bacalar, se encuentran cubiertas de una franja variable con mangle, principalmente mangle rojo y botoncillo.



En cuanto a fauna destacan, venado cola blanca, tejón, tepezcuintle, jabalí, mapache, armadillo, mono araña, saraguato y jaguar; en cuanto a las aves se encuentran el pavo de monte, hocofaisán, chachalaca, chachalaca blanca, tucán, codorniz, gallina de monte, panchel, gavilán; y entre los reptiles identificados están la boa, nauyaca y chaay kaan.

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